O eso creo. Pero más liado que nunca en mucho tiempo. Qué puñeta que cuando uno tiene cosas que contar le falta tiempo para ello. Recuerdo que empecé a escribir aquí en un mal momento, como una medida "saludable" para mantener algún tipo de organización y orden. Desde luego que no pretendía escribir todos los días; jamás he tenido demasiado que contar. Ni ganas.
Estos días me han pasado algunas cosas. Se ha casado un buen amigo, y yo he sido parte necesaria para ello, aunque obviamente no suficiente. Y aunque uno no sea precisamente del club de los "sí, quiero", reconozco que hasta me emocioné un poquillo (si alguien me recuerda esto, lo negaré por los cuatro costados). Antes de la boda, cómo no, disfrutamos una formalita despedida de soltero (el único soltero era yo... así que lo de "formalita" no era coña).
En fin. A ver si en un par de días me animo y os cuento un procedimiento experimental para los que están en ciernes de pasar por el altar con la contraria. Seguro que a más de uno le interesa (qué mala leche).