Esta noche estoy casi tan triste como cansado, y me gustaría desahogarme, pero no puedo. En primer lugar, porque me da reparo colgar mis calzones a la vista de cualquiera que sienta el impulso voyeur y el mal gusto suficiente para contemplarlos. Y en segundo, porque no es sólo asunto mío, y debo un respeto. Así que como siempre, que no es poco ni mucho, sino una forma de contar sin decir, sigo con unos versitos de algún señor que sabía vestir mucho mejor que yo sus miserias. Y mañana será otro día, ¿no?
Qué hacer para perseverar
qué, para no desalentarse.
Para velar el fuego sin que se extinga, sin que devore.
Para un tumulto de impaciencia se envaine en la
precisión del tiempo,
el dolor parta su ímpetu en amaestradas pulsaciones
y en la impasibilidad de una máscara se funda,
solemne,
el desengaño.
Qué hacer para no olvidar sin sucumbir,
para que no prevalezca la constancia a expensas de un
obstinado y patético combate...
ANA ROSSETTI
Cada uno con lo suto, y yo wue estoy escribiéndote a oscuras.
Posteado por apio, la ocultista - 24 de Abril 2004 a las 04:50 PM