Redoble de tambores. En cada lugar del campo de batalla todo son tambores. Las armas preparadas, el ánimo tenso. Y sin embargo, todos están listos de papeles. Y lo saben. Porque la batalla está perdida de antemano. No quedan lugares que explorar, el desenlace se reduce a ese punto concreto, un lugar de desesperanza y fatalidad.
Se trata de elegir un final, un momento en el que cualquier significado se reduce a eso, a un final. Se estrellarán con toda intención en los filos de otras voluntades.
Merece la pena. Terminar así, mejor que de cualquier otra manera.
Al fin y al cabo, es ella. Toda una mujer. Qué otra causa, si no, puede arrastrar los pies hasta el preciso momento en que no hay donde sostenerse. Toda una mujer. Merece la pena.
Como todas...
Posteado por Srta.Vainilla - 8 de Noviembre 2003 a las 02:00 AM